Importancia del proceso educativo para la construcción de identidad y la necesidad de institucionalizarlo desde el Estado.
¿Cómo
llegamos a ser lo que somos? Somos una mezcla de la influencia del entorno y la
sociedad en la que convivimos con otros individuos y como parte primordial de
nuestra conformación la tiene una institución educativa. Una escuela moderna e
innovadora, desde su quehacer pedagógico, debe considerar las necesidades
humanas actuales requeridas para vivir la equidad, la inclusión y el
reconocimiento de la diferencia, condiciones necesarias para la configuración
de una sociedad democrática. Considerando que la democracia es algo más que un
conjunto de instituciones específicas de gobierno: se basa en un grupo de
valores, actitudes y prácticas bien comprendidas que adoptan diferentes formas
y expresiones en las distintas culturas y sociedades del mundo. Las democracias
se basan en principios fundamentales, no en prácticas uniformes. La democracia
se basa en los principios del gobierno de la mayoría y los derechos
individuales.
La
construcción de identidad, en ese contexto, hace referencia al proceso a través
del cual los sujetos, hombres y mujeres, se hacen individuos únicos, negocian
sus diferencias con otros y otras diferentes, y constituyen marcos comunes que
les permiten cohabitar conjuntamente un espacio cotidiano, histórico y
cambiante. La construcción de identidad, pues connota la estructuración del
sujeto a partir del desarrollo de su capacidad lingüística, cognitiva e
interactiva. Habermas (1983). Debemos entender la identidad como un proceso de
delimitación a partir de la interacción que se da entre la naturaleza interior
de los sujetos y la naturaleza exterior del mundo de la vida en el que circulan
una serie de sentidos objetivados.
Pareciese
que la construcción de un proceso en el que el sujeto se hace idéntico y
diferente, a la vez está articulado y determinado por su estructuración mental.
La construcción de identidad puede ser leída como una posibilidad que tiene el
sujeto de percibir y representar en su estructura interna la estructura del
mundo objetivo. La construcción de identidad está referenciada en un proceso de
toma de conciencia del sí mismo y del mundo externo.
Si la
escuela no cumpliera la función de apoyar en la construcción de la identidad de
los sujetos, no estaría entregando a la sociedad hombres con la capacidad de
tomar sus propias decisiones, de actuar como buenos ciudadanos, de enfocar sus
esfuerzos a la superación propia en el beneficio de la sociedad.
Es el
Estado, dentro de la escuela y mediante el diseño del currículo, el que tiene
la facultad de intervenir en la formación de los futuros ciudadanos. En la
escuela aprendemos a vivir con igualdad de derechos y responsabilidades, a
incluir a todos sin discriminar a nadie, a reconocer nuestras diferencias, a desarrollar
nuestra capacidad lingüística, cognitiva e interactiva; para ello el Estado
desarrolla el currículo que describe el que, el cómo y cuándo se debe aprender
en las aulas. Todo ello para con el fin del bien común.
Bibliografía
Echavarría
Grajales, Carlos Valerio, La escuela
un escenario de formación y socialización para la construcción de identidad
moral. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud
[en línea] 2003, 1 (julio-diciembre): [Fecha de consulta: 19 de abril de 2016]
Disponible en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=77310205> ISSN
1692-715X
Características
de la democracia (15 septiembre 2008). Publicación IIP DIGITAL recuperada dehttp://iipdigital.usembassy.gov/st/spanish/publication/2008/09/20080915170033pii0.5193445.html#axzz46hErQzYy el 23
de abril de2016.
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